Más de 75% de las personas mayores de 20 años duermen de lado. Esta postura, también conocida como posición cúbito lateral o fetal, nos obliga a tener un exceso de presión sobre los hombros y caderas, además de un aumento considerable de la altura a la que está nuestra cabeza con respecto al colchón.
Al tener esta altura, nuestra cabeza tiende a ladearse o a descolocar nuestro brazo para suplir esa diferencia de altura. Esto provoca un desvío a nivel cervical en nuestra columna vertebral, lo que se transmite en dolores cervicales, las conocidas torticolis, problemas respiratorios…
Dormir con la almohada correcta corrige estas desviaciones, evita movimientos excesivos por la noche y alivia múltiples dolores derivados de una mala postura. En algunos casos, para esta postura también se recomienda colocar una almohada blanda entre las piernas de forma que se corrija la posición de la cadera.
Sin embargo, para las personas que duermen boca arriba o se mueven mucho en el transcurso de la noche, lo recomendable es una almohada de firmeza media y grosor intermedio. ¿Y si duermes boca abajo? Entonces lo más adecuado es usar una almohada blanda y fina, que no obligue al cuello a inclinarse hacia detrás.
Cada miembro de la pareja tiene una complexión diferente por eso, lo recomendable es que usen almohadas independientes y adecuadas a las necesidades de cada uno.
En definitiva, la almohada ideal es aquella que mejor mantiene la posición natural de la columna. Aunque siempre habrá quien piense que no puede conciliar el sueño si no se apoya en su almohada y quien este a favor de que es bueno dormir sin almohada.